Richard Leonard, principal dirigente del Laborismo en Escocia, aseguró que en su país hace falta una normativa similar a la ley Marcora, de Italia, que permitió desde 1985 que 257 empresas pasen a manos de los trabajadores mediante la posibilidad de que usen sus indemnizaciones para comprar sus fuentes laborales y formar cooperativas.
«Necesitamos democracia en nuestra economía, no solo tenemos que actuar cuando las cosas van mal, hay que ayudar a que las cosas vayan bien en primer lugar», expresó Richard Leonard, flamante líder laborista escocés en una reunión con los representantes del STUC, el Congreso de Sindicatos de ese país, para analizar los posibles cierres de plantas de dos empresas de alimentos, la Young Seefood y 2 Sisters, que emplean a 900 trabajadores.
Leonard, alineado a las propuestas del laborista inglés Jeremy Corbyn, impulsa desde 2017 un proyecto que busca alentar la creación de cooperativas de trabajadores para evitar el cierre de las fuentes laborales. «En nuestra opinión, demasiado poder económico descansa en muy pocas manos. Necesitamos hacer crecer el elemento cooperativo de nuestra economía, particularmente las empresas propiedad de los empleados, investigaremos la posibilidad de introducir una ‘Ley Marcora’ mejorada que permita a los trabajadores tener el derecho de comprar una empresa cuando esté a la venta o amenazada con el cierre”, explicó.
Además de darles prioridad a los trabajadores en la compra de la empresa para la que trabajan, la Ley Marcora establece un mecanismo de fondos estatales para ayudar a reunir el dinero necesario para la compra y apoyar las necesidades de la cooperativa que se forma. Se calcula que desde su puesta en marcha esta legislación permitió salvar 9.300 puestos de trabajo en Italia.
«Deberíamos considerar la promoción de la propiedad de los empleados como una opción deseable que no destruye el valor. Además de salvaguardar los puestos de trabajo, esto también podría frenar la pérdida de la propiedad local y los empleos locales anclando a las empresas en su comunidad local», analizó Leonard, habitual crítico de la concentración económica y defensor de la producción local.