Desde mediados de mayo, un grupo de prostitutas del Barrio Rojo de la capital holandesa puede alquilar turnos en cuartos de un burdel supervisado por las autoridades municipales para que puedan independizarse de los dueños de los prostíbulos, que manejan el negocio del sexo pago en esa ciudad y el tráfico de personas, en particular de mujeres que llegan desde Europa del Este. Los críticos del sistema aseguran que se trata de un maquillaje progresista que no mejora la situación de las meretrices y sí la de los dueños del negocio.
El alcalde de Amsterdam, Eberhard van der Laan, detesta que su proyecto de crear mejores condiciones de trabajo para las prostitutas del Barrio Rojo sea llamado popularmente “el burdel municipal”. No obstante, es inevitable esa asociación dado que el municipio impulsó su organización en 2014 y dispuso la compra de propiedades en la zona de los prostíbulos para poder ofrecer el espacio a las trabajadoras sexuales. Hasta 2019, las autoridades tendrán la supervisión del espacio para constatar que se cumple el propósito de brindar las mejoras a las mujeres.
Por supuesto que Van der Laan no pierde la oportunidad de sumar simpatías con el proyecto. “Estamos muy entusiasmados con este experimento. También estamos ansiosos por ver cómo los residentes del barrio y los propietarios de las ventanas van a reaccionar en el largo plazo”, sostuvo en una entrevista para el diario inglés The Guardian. La idea ya logró una difusión mundial y Amnistía Internacional la tiene en carpeta como una posible política a replicar en otros países psara frenar la trata de personas.
El burdel ocupa 14 ventanas (donde se exhiben las prostitutas) de cuatro edificios, que fueron comprados a Charles Greets, conocido como El Rey del Porno, de Amsterdam. Esta compra generó la primera polémica porque fue un muy buen negocio inmobiliario para alguien sospechado de participar en la mafia de la trata de personas y de las condiciones de explotación de las mujeres que trabajan en las ventanas del Barrio Rojo.
La prostitución fue legalizada en Amsterdam en 2000 con la idea de regularizar una actividad que generaba serios problemas de seguridad. El resultado no fue el esperado y para 2007 se decidió eliminar la mitad de los burdeles para limitar los negocios ilegales asociados de trata de personas, lavado de dinero y crímenes asociados. Esos prostíbulos son los que compró el municipio.
Hasta ahora, las prostitutas están explotadas en un régimen que las obliga a cumplir los horarios y otras condiciones que imponen los dueños de los burdeles, que les alquilan las ventanas. El cierre decidido en 2007 las afectó directamente porque los dueños de los prostíbulos que permanecieron cotizaron su espacio a un precio mucho más alto.
Muchas de ellas llegan desde los países de Europa del Este y giran gran parte del dinero que ganan a en el mejor de los casos a sus familias y a menudo a los traficantes que manejan el negocio de la trata en su país y las obligan al pago. De acuerdo con un informe publicado en 2014, una cuarta parte de las 20.000 prostitutas identificadas en Holanda estaría bajo el control de traficantes.
El proyecto oficial contempla que las meretrices puedan decidir cuántas horas trabajan, que tengan un espacio de recreación y puedan regularizar su situación como trabajadoras legalizadas. Sin embargo, los críticos del proyecto aseguran que para las mujeres explotadas no cambiarán demasiado las condiciones. Las interesadas pueden adherir a la organización Mi Luz Roja, que administra los locales, pero el espíritu del proyecto no va en la dirección de generar una red de participación y encuentro de las trabajadoras para reclamar juntas por sus derechos.
Un ejemplo que refuerza esas críticas es que la puesta en marcha del proyecto está financiada con un préstamo del Rabobank y que las autoridades han expresado que la idea es que las trabajadoras “se conviertan en su propias empresarias”. Por ahora, parece lejana la idea de “fortalecer la posición de las trabajadoras” mejorando sus condiciones laborales, tal como anuncian desde la organización Mi Luz Roja.
Para más información sobre este tema pueden consultar los siguientes links:
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/05/17/actualidad/1495036225_902002.html
https://www.theguardian.com/cities/2017/may/16/amsterdam-mayor-brothel-prostitutes-new-model