Después de tres años de experiencia en San Javier, Traslasierra, Córdoba, el local cooperativo Humano abrió en mayo dos nuevos locales en Villa de las Rosas y Merlo (San Luis). Actualmente son 72 las familias, pequeñas cooperativas u organizaciones sociales (como la Unión Campesina de Traslasierra) las que se benefician del emprendimiento.
“Humano comienza con una necesidad en un día de feria que habíamos vendido muy poco todos, con caras tristes. Entonces me surgió una pregunta que el tiempo me la supo responder: ¿Qué hacemos cincuenta personas vendiendo en un plaza cuando en realidad todo se podría simplificar con que una esté vendiendo todo lo de los demás? Esa fue la idea, ese fue el comienzo y luego generar todo el proyecto y empezar a convencer gente”, cuenta Federico Nestrojil, fundador del proyecto.
Fueron catorce los productores, artistas y artesanos locales los que comenzaron en septiembre de 2015 a refaccionar un parte de la vieja casona que solía ser la peña de la familia Rojo en San Javier. También improvisaron y reciclaron muebles y diseñaron el logo del local. Humano lo llamaron.
Tres años y medio después, la cooperativa reúne 72 socios. Son familias, pequeñas cooperativas y organizaciones sociales como la Unión Campesina de Traslasierra (Ucatras), que reúne 150 familias productoras del monte. Además venden productos de otros veinte emprendimiento cooperativos de la zona a través de un sistema de proveedores externos de la economía social. En mayo abrieron dos nuevos locales en Villa de las Rosas y Merlo (San Luis).
“Humano Merlo surgió de la idea de ampliar la cooperativa para estos lados. Esa idea tomó fuerza y se volvió tangible cuando apareció el local. Lo vivimos con mucha alegría. Tomamos también la decisión de sumarnos Humano, porque una de las cosas fundamentales era no solo poder tomar y aprender de esta experiencia, este camino recorrido por San Javier, sino también poder hacer crecer la cooperativa, potenciarla. Y de hecho es lo que está pasando, porque ahora somos más personas apuntando para el mismo objetivo, se ha ampliado todo lo que es la visibilidad, la difusión, ideas, ganas, todo se potenció. Y lo vivo como todes los que somos parte, como algo muy lindo, con mucho entusiasmo, porque es como un construir un aprendizaje individual y colectivo desde otro tipo de economías, que creo son las hoy son viables y las que van a funcionar y las que van a lograr una equidad y un mundo un poco más justo”, comenta Mapi Ytuarte, integrante de Humano en San Javier y Merlo.
Las socias se turnan para atender el local y trabajan por comisiones, asamblea y mingas. Se dividen los gastos de alquiler y mantenimiento y cuentan con un sistema de crédito y descuento en compras para las socias. Además hacen compras colectivas, eventos culturales y son parte del Encuentro de Organizaciones Autogestivas de Traslasierra y el Valle de los Comechingones.
“Para mí es como cuando decís tengo un sueño. Bueno, el sueño es más lindo que lo que soñaba. Humano es un aprendizaje continuo. Si te permitís vivirlo desde ese lugar es increíble el aprendizaje, este compartir cosas impensadas para nuestra estructura de como fuimos educados. Yo me acuerdo a principio el comentario que escuchaba era: ¿cuántos son? se van a pelear. Y sí, hay dificultades, peros siempre aprendiendo, compartiendo, nunca perdiendo la capacidad de sorpresa. Y ahora esto de los nuevos locales. Porque encima surgen frente a plazas que generalmente están habitados por los jipis artesanos pero que no pueblan los locales alrededor. O venden sus productos muy baratos a consignación. Y de pronto surgen estos dos locales hermosos y encima en edificios antiguos, históricos, de estos pueblos. Y con ambos se llega a una relación hermosa con los propietarios de los locales. Porque la doñita de Merlo está fascinada. El día de la inauguración lloraba de la emoción que tenía” cuenta Paola Delepiante, socia del local cooperativo.
Entre otras cosas, en Humano se ofrecen artesanías en cerámica, cuero, vidrio, plata, madera, hilados, libros, agendas, juguetes, vestimenta, cosmética y medicina natural, y alimentos de todo tipo: miel, aceite de oliva, dulces, cerveza y fernet casero, alfajores de algarroba y otras delicias del monte.
Texto de Tomás Astelarra