Surgido e impulsado en el Instituto para la Producción Popular (IPP), el proyecto Más Cerca es Más Justo lleva casi dos años distribuyendo alimentos y otros productos de pequeños productores habitualmente explotados por los mercados concentradores y las grandes cadenas de alimentos que se abusan de su situación o directamente los ignoran. De un pequeño nodo ubicado en un garaje del barrio de Liniers, en la Ciudad de Buenos Aires, hasta sus 90 centros de distribución en el área metropolitana de Capital Federal y Gran Buenos Aires, MCMJ se ha convertido en un laboratorio social en el que se comprueban los beneficios y las dificultades del armado de una red de productores populares y consumidores que evitan la intermediación y crean vínculos saludables en todos los sentidos.
Desde marzo de 2016, los sábados se han convertido en la cita obligada de centenares de vecinos de la Ciudad de Buenos Aires y el primer cordón del conurbano bonaerense que retiran alimentos saludables en los 90 centros de distribución del proyecto Más Cerca es Más Justo.
En los días previos, el equipo termina de cerrar acuerdos con productores populares para incorporarlos a la oferta, organiza el sistema de pedidos on line, busca nuevos lugares para seguir ampliando la red de nodos, embolsa las frutas y verduras, prepara las entregas y la ruta de cada flete.
La idea nació en el Instituto para la Producción Popular (IPP), coordinado por el ex Presidente del INTI, Enrique Martínez. Desde la organización de las primeras entregas, Más Cerca es Más Justo (MCMJ) supo construir un sistema novedoso de acercar a los consumidores productos que no llegan por las vías habituales del mercado de alimentos o que llegan mediante la explotación de los productores y el abuso en el precio a los vecinos.
Con esa premisa básica de demostrar que se podían cambiar las reglas de juego, MCMJ pasó de un pequeño garaje en el barrio porteño de Liniers, donde se recibían los bolsones preparados por la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), del Gran La Plata, a su actualidad de 90 nodos que reparten 10 mil kilos de alimentos semanales.
“Partiendo de un grupo chico de gente hemos logrado armar una red de pequeños productores y de vecinos, y entre todos buscamos una forma de comercialización alternativa. No es sólo una cadena corta pequeño productor-vecino, aunque también lo es. Es mucho más complejo. El Más Cerca es Más Justo creció porque hay un equipo que se puso de acuerdo en cuál era el camino que había que recorrer y supo sumar a gente con ideas complementarias. Arrancamos con bolsones de verdura que traíamos del Gran La Plata, los subíamos a un flete y se lo entregábamos a los vecinos en Capital y fuimos sumando productos. Un queso de cabra que viene de Santiago del Estero, un aceite de oliva riojano, un mango misionero; una diversidad que se puede ofrecer a partir de esa red armada”, explica Daniel Cacciutto, Coordinador del proyecto.
El primer acuerdo del equipo fue romper la lógica de otros grupos que compraban las verduras en el Mercado Central de Buenos Aires y ofrecían bolsones a bajo precio a los consumidores. Esa práctica beneficiaba sólo a los consumidores, pero mantenía la explotación a los productores de alimentos, que reciben precios miserables por su trabajo. Para eso hubo que crear un sistema logístico que acercara los alimentos a un precio justo para productores y vecinos.
El crecimiento planteó nuevos desafíos, que pudieron resolverse profundizando el carácter de producción popular del proyecto. “Hubo un momento en que supimos que no podíamos seguir en un garaje como cuando empezamos. Buscamos alquilar algún galpón, pero era muy costoso. Entonces aprovechamos que el IPP había comenzado a trabajar con fábricas recuperadas intentando que los compañeros puedan volver a comercializar. Así surgió la idea de reconvertir una fábrica metalúrgica de Avellaneda en el depósito de Más Cerca es Más Justo. Los tornos le hicieron lugar a los alimentos y la Cooperativa La Universal pasó de ser una fábrica de engranajes a nuestro centro logístico. Fue darle un nuevo fin a un espacio recuperado que no tenía producción, forma parte de lo complejo que es construir no sólo Más Cerca es Más Justo sino un espacio de producción popular”, comenta Cacciutto.
En el entramado de MCMJ participan fábricas recuperadas, organizaciones sociales, espacios políticos, clubes de barrio, comercios de productos dietéticos; todos unidos por el interés de construir un canal de comercialización en el que se privilegia la atención de una necesidad básica como los alimentos sin el afán de lucro y la especulación que domina el negocio de los mercados concentradores.
Poner el acento en las necesidades de productores y consumidores lleva a un vínculo muy diferente con los mercados habituales. “Hasta ahora nos enfocamos en distribuir lo que el productor produce, pero ahora tenemos que ir por lo nutricional. Estamos conociendo con nutricionistas una información sobre la importancia de la producción agroecológica en el sentido de que nos puede cambiar la vida si nos alimentamos de una forma distinta, podemos dejar de depender de muchos medicamentos con una alimentación más saludable. Y para nosotros esto debe darse desde un punto de vista popular, no sólo para una elite de consumo privilegiada. El alimento tiene que volver a ser una instancia de encuentro. Dejar de lado esa cultura impuesta de que cocinar es un garrón y hay que sacarse de encima ese tema apelando a las facilidades de la comida industrializada. Por eso fomentamos que los vecinos conozcan a los productores, que sepan de dónde vienen los alimentos que consumen, es un camino necesario para volver a encontrarnos y construir una nueva cultura más justa y saludable”, analiza Cacciutto.
A pocas semanas de cumplir dos años, la meta del equipo de MCMJ es seguir sumando nodos y vecinos interesados en impulsar una idea que permita profundizar un sistema alternativo que contemple los derechos de los productores y beneficie a todos. “La tarea ahora es buscar la forma de comunicar lo que estamos haciendo y que se comprenda lo importante que sería darle volumen a esta red, sin que eso signifique convertirnos en una corporación. El volumen es fundamental para que esto se pueda sostener en el tiempo. En ese sentido vamos probando, organizamos charlas, nos reunimos con los vecinos, charlamos con universidades, hemos llegado a intentar un mercado mayorista con organizaciones de productores. Es un camino arduo, pero vale la pena intentarlo”, sostiene Cacciutto.
Para conocer más sobre el Proyecto Más Cerca es Más Justo pueden ingresar a la página web www.mascercaesmasjusto.org.ar el muro de FB www.facebook.com/mascercaesmasjusto o el teléfono 11-6405-4315
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Estamos comprando con mi marido hace solo 3 semanas y no podemos estar más contentos de la calidad, de los productos y del proyecto