Se reproducen aquí fragmentos de dos discursos de Álvaro Alsogaray, economista liberal que fue ministro de Economía en 1959 y desarrolló una extensa trayectoria difundiendo el ideario de “la libertad” hasta la década de 1990. Sus políticas aplicadas entre 1959 y 1962 fracasaron rotundamente. Tanto en el discurso como en la acción son muy similares a las que está llevando adelante el presidente Javier Milei.
Alsogaray impuso la reducción a cero de los derechos de importación, el incremento de los impuestos sobre el consumo y de las tarifas de los servicios públicos. Se redujeron las retenciones a las exportaciones tradicionales, se restringió la oferta monetaria y se redujeron el gasto y la inversión pública. La disminución de la actividad económica contrajo la base tributaria, por lo que el déficit estatal no se redujo sino que aumentó. No fue posible pagar las cuentas ni los salarios del sector público, que el ministro de Economía decidió abonar con títulos denominados «empréstito patriótico».
Sus discursos de 1959 y 1960 suenan hoy premonitorios de lo que Milei presenta como novedad en 2024:
“Si los ciudadanos se dieran cuenta el tremendo poder que ponen en manos del Estado al permitir que este ejerza controles económicos del tipo de los que se han ejercido durante los últimos años, lucharían contra esos controles con más pasión y con más violencia de las que, en circunstancias excepcionales desencadenan para defender sus libertades políticas. Lamentablemente los controles económicos (…) actúan en forma sutil e insidiosa y entregan indefensos a los ciudadanos a la voluntad y al arbitrio de sus gobernantes. (…) Al renunciar a todos esos controles estamos renunciando también a esos poderes excepcionales”.
“Lamentablemente, nuestro punto de partida es muy bajo. Muchos años de desatino y errores nos han conducido a una situación muy crítica. Es muy difícil que este mes puedan pagarse a tiempo los sueldos de la administración pública. […]. Todavía seguiremos por algún tiempo la pendiente descendiente que recorremos desde hace ya más de diez años. Se ha cometido un error en definir a este programa como un programa de austeridad, dejando que cada uno de los habitantes del país viva como pueda y como quiera […]. Las medidas en curso permiten que podamos hoy lanzar una nueva fórmula: ‘Hay que pasar el invierno’.”