El jueves 5, en el cine Gaumont, comienza el camino oficial de un documental que forma parte de un proyecto más amplio que busca “contribuir desde el lenguaje audiovisual al debate sobre qué educación queremos para nuestros pueblos y desde la convicción de que los movimientos sociales tienen mucho para aportar en ese sentido”, según explican Malena Noguer y Martín Ferrari, los autores del film, que recorrieron 40 mil kilómetros registrando experiencias alternativas de educación que atienden las necesidades de pueblos olvidados por el sistema tradicional.
“El documental fue filmado durante el 2015 y 2016 e implicó un recorrido a los largo de 40.000 Km por Nuestramérica: 10 países, 15 movimientos sociales, más de 100 entrevistas, 300 horas filmadas, 500 días de rodaje”. Los números que recopilan Malena Noguer y Martín Ferrari impactan.
Desde la experiencia que habían vivido en varios movimientos sociales como militantes descubrieron que había una historia para contar sobre la enrome cantidad de proyectos educativos populares que germinaron en las dos últimas décadas en Latinoamérica. “Movimientos que vienen resistiendo, organizándose y creando otras relaciones, otros mundos, y otros espacios educativos”, explican en la página oficial de La Educación en Movimiento.
Así nació el proyecto de recorrer y registrar personalmente ese amplio movimiento educativo, desde Santiago del Estero hasta México. Con ese fin adaptaron una camioneta Kangoo como casa rodante/isla de edición y pasaron casi dos años atravesando experiencias de vida mezcladas con alternativas pedagógicas.
Entre las experiencias que pueden verse en La Educación en Movimiento figuran la Universidad Indígena Quechua ‘Casimiro Huanca’, impulsada por las organizaciones sociales bolivianas, el Centro de Educación Alternativa de Wayna Tambo, en El Alto de La Paz; una escuela autónoma de mujeres de Quito; el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), una organización que tiene 45 años y que construyó una Educación Propia, que tiene 400 escuelas; las escuelas autónomas del movimiento zapatista en Chiapas, y las escuelas agrotécnicas del Movimiento Campesino Sin Tierra en la Argentina.
Uno de los testimonios destacados del documental es el del ex ministro de Educación venezolano, Rodolfo Pérez, que estaba en funciones cuando la pareja de documentalistas llegó a Venezuela. Pérez surgió del Movimiento Pedagógico Revolucionario y su relato plantea las dificultades que se encuentran para articular la lucha por una educación popular y la función pública estatal que está organizada para sostener la burocracia educativa tradicional.
El documental fue financiado de manera autogestiva y con el apoyo del Instituto Gino Germani, de la UBA y la Universidad de Tres de Febrero. El Ministerio de Cultura de la Nación lo declaró de Interés Cultural.
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